La suelta!!

Tras continuar mi formación como piloto bajo la atenta supervisión de mi instructor Manolo, llegó ese día que los alumnos pilotos, a partes iguales, deseamos y tememos que llegue…

Tras 18 horas de vuelo, Manolo consideró que ya estaba listo para que desplegara mis alas sólo, abandonando por primera vez la seguridad de volar con él, para corregir mis errores….

La noche previa a la suelta, fué una noche de sentimientos encontrados. Por una parte, significaba que mi formación progresaba correctamente, pero por otro, que debía enfrentarme, por  primera vez, a cualquier anormalidad o fallo que pudieran acontecer durante el vuelo, completamente sólo…

La noche dió paso al amanecer, y el lunes 10 de Febrero de 1997, me dirigí a Cuatro Vientos para mi primer vuelo sólo…

Plan de vuelo de un día inolvidable…

Tras rellenar manualmente el plan de vuelo bajo la atenta mirada de Manolo, procedimos al avión para hacer la revisión exterior.

Ambos aparentábamos normalidad cuando nos dirigimos al avión, pero éramos plenamente conscientes de que no era un día ordinario…

Tras realizar los chequeos pertinentes, procedimos a arrancar el motor, pues íbamos a realizar primero un vuelo de preparación, y a continuación, la suelta.

Durante el vuelo de preparación, realizamos tomas y despegues en el cercano aeródromo de Casarrubios, y repasamos todas las posibles eventualidades que podrian ocurrir, aunque yo deseaba de todo corazón que no sucediera absolutamente nada más que el vuelo en sí; pero obviamente, debía prepararme por si algo sucedía…

Finalmente regresamos para aterrizar en Cuatro Vientos, pero según reducía la potencia para aterrizar, mis pulsaciones aumentaban al saber que, tras el aterrizaje, comenzaba mi vuelo sólo…

Tras el aterrizaje, nos dirigimos a la plataforma como en otras ocasiones, pero esta vez, no íbamos a cerrar el vuelo…

Paramos el avión sin detener el motor, y Manolo comunicó a la torre de control que yo continuaba el vuelo como alumno piloto en suelta, sólo…

Recogió sus cascos y el resto de su material, y percibiendo mi cara de preocupación, me miró fijamente y me dijo: «Julio, si no estuviera seguro de que puedes volar sólo, no te dejaría hacerlo. Irá todo bien, tranquilo».

A pesar de sus tranquilizadoras palabras, el corazón me latía con fuerza, y,  tras abandonar el avión Manolo,pedí la correspondiente autorización, procedendo al punto de espera de la pista 28, para realizar los chequeos correspondientes…

Tras realizar los mismos con especial atención, solicité autorización de despegue…autorizado!!

Potencia y pulsaciones al máximo, alineación con la pista…y despego!!

Tras despegar, procedo a realizar el circuito de tráfico, virando a viento cruzado, y a continuación, a viento en cola…

Ya en viento en cola, al realizar la lista de chequeo tras el despegue, me doy cuenta de que no he retraido los «flaps» al alcanzar los 400 pies, como se debe hacer; sin duda, los nervios del momento me habían jugado una mala pasada…

Tras virar a base, intento recordar todos los procedimientos con precisión, intentando no olvidar nada, especialmente tras mi error con los «flaps»…

Alineo el avión con la pista, y recibo la autorización de aterrizaje…obviamente no fué el mejor aterrizaje de mi vida, pues intentaba hacer una buena toma, sabiendo que mi instructor me estaba observando, pero los nervios del momento no ayudaron a conseguirlo; aún así, estaba en tierra, aliviado y satisfecho de haber completado mi primer vuelo sólo, aunque hubiera preferido no haber cometido el error de los «flaps»…

Manolo me esperaba en la plataforma, y tras recibir la felicitación del controlador, paré el motor siguiendo los procedimientos.

Tras  salir del avión, me fundí en un afectuoso abrazo con él; un momento especial, involvidable, que sólo podéis entender los que hemos pasado por esta experiencia única e irrepetible; porque por primera vez, yo fui consciente, y no sólo el instructor, de que realmente podía despegar, volar y aterrizar un avión completamente sólo…qué sensación!!

Ya no volví a volar ese día, pues como os podéis imaginar, estaba agotado por la tensión y descarga de adrenalina del vuelo..

Sin embargo, al día siguiente realicé mi primer vuelo sólo abandonando la seguridad del circuito de tráfico, y aunque fué una experiencia memorable, no fué tan intensa y única como el día anterior…

Es un día mágico, en el que por primera vez eres uno con el avión, con una comunión única y especial; un momento mágico, irrepetible e inolvidable, que tengo el placer de compartir, desde el otro lado de la barrera, como instructor de mis alumnos pilotos..

Autor: Julio Zavala

Piloto, apasionado de la aviación, emprendedor y gerente de "Fly & Fun".

3 opiniones en “La suelta!!”

  1. Ni qué decir tiene que la narración del «trance» es absolutamente certera. Los sentimientos encontrados pocas horas antes de la suelta, los nervios en el vuelo previo con el instructor y la tensión de un momento en el que, aunque parezca irreal, se está completamente solo (aunque con la atenta mirada de tu instructor).
    El simple hecho de él te diga que confía en ti ya quita muchos nervios, aunque evidentemente la procesión va por dentro. Y el abrazo al bajar del avión es un momento que el tiempo no borrará.
    Gracias por todo, Julio.

    1. Muchísimas gracias Jorge!! Es un placer enseñar y compartir las experiencias con un alumno tan aplicado y bien dispuesto, que está en el camino de convertirse en un magnífico piloto. Un abrazo y gracias a tí ; )

  2. El dia de mi ‘suelta’ en el campo de ‘La Mancha’ al bajarse el instructor y dejarme solo, y cuando ya habia finalizado la carrera de despegue y volaba para hacer ‘viento en cola’ me di cuenta que al bajarse el instructor no habia cerrado la puerta del aparato que estaba golpeando en el fuselaje, creia que me moria porque no sabia como valorar esta situación, intente cerrarla pero con el cinturón y con la atención puesta en la maniobra me fue imposible, a pesar de los nervios el aterrizaje fue aceptable y sali con bien y con título del trance. Corria el año 1981 y la academia era Sumaas

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