Sin duda alguna, esta es la entrada más dificil que he hecho hasta ahora, en el recorrido por mi vida aeronáutica, pues en ella relato la dolorosa situación que me tocó vivir entre los años 2008 y 2009, los años de la más profunda crisis que hemos vivido en el siglo XXI, hasta la llegada de la pandemia, y cómo afectaron a mi carrera aeronáutica…
En mi ultima entrada, tras terminar el entrenamiento en base en Liubliana, y mientras esperaba que «Storm Aviation» me enviara los documentos del curso de habilitación para su tramitación por parte de las autoridades españolas, acudí de nuevo, convocado por «Air Baltic», a Letonia para hacer la segunda parte de las pruebas del proceso de seleccion de pilotos en su oficinas, situadas en el propio aeropuerto.
Dichas pruebas consistian en un extenso psicotécnico, una bateria de 200 preguntas, algunas de ellas muy personales; de hecho, al finalizar el test, les hice saber que preguntas de indole tan personal no se podian hacer en España…
Aun así, me transmitieron mucha confianza y la percepción de que mis resultados habían sido buenos, por lo que creía firmemente que podría pasar el proceso de selección de la compañía; en su momento deberia decidir si declinaba la oferta, pues en principio debia ir a Singapur a volar para «Tiger Airways»…
Al dia siguiente de las pruebas, regresé con un vuelo de «Air Baltic» a Madrid, con la promesa por parte de la compañía de que lo antes posible me dirian el resultado de las pruebas.
Mientras, llegó el mes de Diciembre; mi compañero Dan ya tenia su habilitación anotada en su licencia, y preparaba su viaje a Singapur, para comenzar a volar a principios de Enero de 2009.
Mi impaciencia empezo a crecer, pues mis documentos no acababan de llegar, y tras contactar con «Storm Aviation» en varias ocasiones, me aseguraron que mis documentos estaban de camino a España; sin embargo, pocos dias después, me comunicaron que se habían extraviado, y estaban en Irlanda…
Afortunadamente reaccionaron rápido, y recibí la documentación a mediados de Diciembre; sabiendo que el tiempo corría en mi contra, me apresuré a presentar la documentación para su tramitación en Aviación Civil…
Ingenuo de mí, pensé que ya estaba todo solucionado…pero los hechos me devolvieron rápidamente a la dura realidad, pues a los pocos dias después de presentar la documentación, en vísperas de Navidad, recibi una llamada de un funcionario de Aviación Civil, de cuyo nombre prefiero no acordarme, me dijo, en un tono hosco y muy desagradable, que la documentación que había presentado no era válida, pues, al parecer, en el impreso, había habido un error de firmas entre el instructor y el examinador del curso de habilitación…
Lejos de querer ayudarme para solucionar la cuestión, me dijo (sic) «eso le pasa por no hacer las habilitaciones en su país, e irse fuera»; lógicamente, eso me enfadó bastante y le dije que él no era quién para cuestionar mis decisiones, lo cual derivó en una discusión bastante agria, y que culminó en que me colgara el teléfono…
Tamaño desaguisado implicaba que de nuevo, tanto el examinador como el instructor, debían rellenar y firmar el documento correctamente, lo cual suponía un tiempo precioso, que iba pasando, sin tener mi habilitación antotada en mi licencia…
Así acabó 2008, y comenzó 2009, un año en el que la crisis de deuda que se inició en Septiembre de 2008, se agravaba profundamente y a pasos agigantados…
Mientras, mi compañero Dan, al que ya habían anotado la habilitación en su licencia, ya estaba en Singapur entrenando para la compañía, y yo, mientras, seguía esperando mi documentación…
La segunda semana de Enero, recibí un correo electrónico de «Air Baltic», en el que se me comunicaba que no había pasado el proceso de selección; sin una explicación, y después de las sensaciones que tenía, fué un auténtico jarro de agua fría…
Intenté obtener una respuesta o una explicación por parte de la compañía, pero no la recibí…
A finales de Enero, finalmente recibí la documentación correctamente de «Storm», que me apresuré a presentar de nuevo en Aviación Civil, esperando y deseando que a lo largo del mes de Febrero, a más tardar, tuviera mi licencia con la habilitación, requisito indispensable para poder viajar a Singapur.
Pero para mi sorpresa, y tras varias visitas a Aviación Civil, pasó el mes de Febrero y mi licencia no llegaba (se enviaba por correo ordinario); desconozco si la tardanza se debió a la discusión que tuve con el funcionario, pero hasta el 25 de Marzo, no recibí mi licencia…
Mi impaciencia derivó en inquietud según aumentaba la crisis, afectando duramente al sector de la aviación, pero yo conservaba la esperanza, y teniendo en cuenta el contrato firmado, y que mi compañero Dan ya trabajaba allí, de que en cuanto presentase la documentación, iniciaríamos los trámites para viajar a Singapur a volar con «Tiger Airways»; pero para mi sorpresa, desde «Storm Aviation» me dijeron que, debido al agravamiento de la crisis, la aerolínea ya no iba a contratar a más pilotos.
Os podéis imaginar que en ese momento se me cayó el alma a los pies; de tener dos opciones reales de ser contratado, con un curso hecho y un contrato firmado, de pronto no tenía nada. Todo se hundió como un castillo de naipes; todo el esfuerzo, todos los sacrificios de los últimos 12 años, desaparecían como por arte de magia, pues era más que consciente que, con la profunda crisis que estábamos viviendo, iban a pasar muchos años antes de que las compañías, e incluso las escuelas de vuelo, volvieran a contratar pilotos.
Sentí la profunda desazón y descorazonamiento de que mi carrera aeronáutica había finalizado sin haber apenas comenzado; quién iba a contratar a un piloto de baja experiencia con 44 años, y con la crisis que padecíamos?.
Este fué el momento en el que estuve más cerca de claudicar, de abandonar todos los esfuerzos y sacrificios realizados, pues no veía posibilidad alguna de poder trabajar en la aviación a corto y medio plazo. Sentía que mi último tren había pasado, y lo había perdido.
Fueron momentos de profundo dolor, de rabia, de frustración, de impotencia; tenía muy claro que algo debía hacer diferente, si quería seguir en el mundo de la aviación; o me fabricaba un trabajo, o me quedaba sin él…
Pero en ese momento, aún con la mente turbia y nublada por los acontecimientos, no supe ver cuál sería el camino a seguir…
Un camino muy duro Julio, sin embargo tal y como lo explicas , lo tenías muy claro…
A mi parecer eso es lo importante «dont give up» es lamentable que se mida a las personas, por cuatro papeles y mucho menos opinar, de donde se tiene que sacar los cursos…
Desgraciadamente es el día a día…
Esperando la próxima que será la venganza jajajajaja.
Un abrazo «Maestro»
Y A PESAR DE TODO sigues haciendo lo que más te gusta, dando lo mejor de ti para la alegría de otras personas. Me ha pasado lo mismo. A los 45, me presenté y no me han cogido porque había cumplido los 45. Sin embargo me han cogido en otra compañía. 8 meses y salí por el mal estado del avión al que iba destinado, y 2 años después se accidentó y murieron los 2 compañeros. DEP. Así que Dios eligió lo mejor para mí. Espero que sigas muchos años más en Cuatro-Vientos dando la mejor enseñanza y alegría. Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario, Amin. Sí, parece mentira que la edad y la experiencia vital que la acompañan, se considere una tara, más que un beneficio.
Y respecto a lo de tu empresa, te apoyo completamente. Ójala todos nos plantáramos y no aceptáramos situaciones, salarios y aviones que son inaceptables. Y si encima muere gente por ello, aún menos.
Gracias a Dios que no te pilló, y ójala cuando la cosa mejore tengas más oportunidades.
Un abrazo y muchas gracias de nuevo por tu apoyo!.
Muchas gracias por tu comentario, José.
Pronto será ¨la venganza», que no consiste en más que seguir luchando a pesar de situaciones como ésta, y conseguir lo que sueñas. Un abrazo!!.
Que pena julio, como siento que a gente buena como tú, tenga tantas trabas para poder conseguir sus metas..
Lo bonito es que finalmente conseguiste estar en un A320! El que la sigue, la consigue
Muchas gracias por tu comentario, Javier.
Sí, esto no ha sido precisamente un camino de rosas…pero como tú dices, quien la sigue, la consigue…un abrazo!!.
A los de Air Baltic no les hagas ni caso, pasa página. A mi me invitaron y salí bien en el simulador del B737 pues venía justo de bajarme de volar un DC10-30 Carguero y a los otros dos que daban tumbos con el Sim sin experiencia alguna en Jets de transporte ni en ejecutivos, los agarraron. La entrevista con la Psicológa fue en verdad decepcionante por la actitud de rechazo y menosprécio de la «doctora» en minúsculas. El HT me hizo unas preguntas de ajuste de altímetros por temperaturas y se las respondí pero le comenté que de todas maneras eso no había que sabérselo de memoria pues para ello se consulta con las tablas correspondientes al recibir el Metar antes de iniciar el descenso. En fín que me regresé a Madrid y me enviaron la misma respuesta que a tí. Ni caso, sigue adelante y no te rindas nunca.!. Éxitos!
Muchas gracias por tu comentario, Jon, te lo agradezco de corazón. Sí, ya está pasado, pero en el momento dá rabia, especialmente tras lo del 320 y ver cómo se hundía todo a mi alrededor…
Los que hemos tenido que luchar mucho por conseguir nuestro lugar en la aviación sabemos lo duro que puede ser a veces, pero como bien dices, no hay que rendirse nunca…
Felices vuelos y gracias de nuevo compañero!!
Julio.