Cómo es la formación de un piloto comercial? (parte 3)

Punto de espera pista 27, Febrero de 2018.

Tras obtener mi título y licencia de piloto privado, mi formación como piloto comercial continuaba adelante, y ello implicaba cambios significativos, como era el volar aviones más grandes y potentes,  y volar a otros aeropuertos y, más adelante, adentrarme en el mundo del vuelo instrumental, todo un desafío y un reto, que al mismo tiempo temía, y al mismo tiempo deseaba enfrentarme…

Sin duda, esta fase fué una de las etapas más bonitas y de las que mejor recuerdo guardo, pues al hecho de descubrir y conocer nuevos aviones; fué una etapa de descubrimiento, de nuevos aeropuertos, a una distancia considerable (o eso me parecía en ese momento)  de Cuatro Vientos.

Además, tuve la oportunidad de compartir, ademas de la formación, esos vuelos de travesía, con  otros magníficos instructores de la escuela, además de Manolo, de los que también aprendí mucho; Luis Carlos, Iñaki, Daniel, Luis María, son nombres que aún recuerdo con mucho afecto, y además, tengo la suerte de mantener, aunque sea en la distancia del ciberespacio, amistad con algunos de ellos…

En los vuelos de travesía, muchas veces nos acompañaban compañeros de mi promoción, lo cual creaba un ambiente de camaradería y compañerismo enorme…al fin y al cabo, todos nosotros teníamos el mismo sueño, y estábamos allí para cumplirlo…

Empecé volando la Cessna 172, con matrícula EC-FJS, si duda un gran cambio con respecto a las Cessnas 150 y 152 que había volado antes; dos plazas más, mayor tamaño, más y mejor aviónica…un avión fantástico, que al volar con cierta asiduidad, entiendes porqué es el avión más vendido de la historia…

Alternando períodos con los que regresaba a la 152, volé la Cessna 182, con matrícula EC-BNV, un avión un poco más intimidante, no sólo por el tamaño, sino por tener que usar, por primera vez, el paso variable y las persianas («Cowl flaps»), para regular la temperatura de los cilindros…

Pero todos esos temores desparecían cuando la volabas, pues al fin y al cabo, a pesar de su mayor tamaño y mayor peso, seguía siendo una Cessna…

El siguiente avión que tuve la gran suerte de volar fué la Beechcraft «Bonanza», con matrícula EC-GJS, un avión impresionante, aunque algo intimidante al principio: más de 200 CV de potencia, paso variable, y tren retráctil; un avión rápido y ágil como un caza,  una verdadera delicia de volar; para mí, el mejor monomotor avanzado jamás fabricado…

Con él empezó en serio mi instrucción del vuelo instrumental,una fase de la hablaré en detalle en la próxima entrada.

El siguiente avión que tuve la oportunidad de volar fué la Piper PA-28R, monomotor avanzado como la «Bonanza», con matrícula EC-BNY, pero no tan buen avión como la misma…

En el aeropuerto de Almería, con mi compañero JJ. Magníficos recuerdos del vuelo y de la compañía…Febrero 2018.

Con él realizamos varios viajes, como el que podéis ver en la foto, en el aeropuerto de Almería…

Y por último, volé la Beechcraft BE-24 «Sierra», con matrícula EC-GON, un buen avión, pero sin las impresionantes características de la «Bonanza».

Durante esta fase, fui comenzando mi instrucción instrumental, tanto en vuelo como en simulador, para ir conociendo el vuelo instrumental a fondo, algo que requiere un esfuerzo mental considerable, y que detallaré en la siguiente entrada…

Además de los instructores magníficos instructores que tuve, también tuve la suerte de tener magníficos compañeros, curiosamente muchos de ellos en mi misma situación, es decir, más de 30 años, con su trabajo y su familia, pero un sueño por cumplir en la vida…

Jorge, Iñigo, JJ, David, Pedro,y muchos otros, fueron unos magníficos compañeros de viaje en esta etapa de mi vida, y aunque son muy pocos, por desgracia con los que conservo amistad, ésta es sólida y duradera por todo lo que nos unió, compartimos y vivimos juntos…

Recordáis esta librea de Air Europa?. Aeropuerto de Almería, Febrero de 1998.

Algunos de ellos han tenido la oportunidad de trabajar como pilotos, pero también sé que otros no tuvieron esa suerte; en todo caso, esos maravillosos años que vivimos y compartimos siempre estarán en nuestra memoria como recuerdo de una etapa de grandes vuelos soñados, y algunos sueños cumplidos…

 

Geraldine «Jerrie» Mock

HÉROES DE LA AVIACIÓN

GERALDINE «JERRIE» MOCK

Cuando nos preguntan acerca de la primera mujer piloto que dió la vuelta al mundo, muchos pensamos inmediatamente en Amelia Earhart, quien ocupó recientemente esta sección.

Por desgracia, Amelia no pudo completar su viaje, así que Geraldine «Jerrie» Mock tiene el honor de ser la primera mujer que completó la vuelta al mundo, y además en solitario…

Geraldine «Jerrie» Mock nació en 1925 en Newark, Ohio. Desde muy pequeña sintió interés por las máquinas y su funcionamiento, y a los 7 años de edad, al realizar su primer vuelo, quedó fascinada con la aviación, anhelando el deseo, como muchos de nosotros, de algún día poder pilotar una aeronave…

Leyendo libros de geografía y las experiencias de Amelia Earhart, también soñó con dar la vuelta al mundo algún día..

Sus sueños se convirtieron en realidad cuando, siendo ya madre, en 1956, con 31 años, empezó a formarse como piloto, obteniendo su licencia en 1958, demostrando una gran habilidad para la navegación y el descubrimiento de nuevas rutas.

Con su licencia en la mano, viajó a las Bahamas, Canadá y México, en rutas de larga distancia y sin ayudas a la navegación, con el problema añadido de que, en muchas ocasiones, las radios fallaban o las comunicaciones no se recibían correctamente, lo que sin duda la preparó para el largo viaje que iba a emprender…

En 1961, se convirtió en la primera mujer en gestionar un aeropuerto, Price Field en Columbus, Ohio.

Durante ese periodo, también gestionó el aeropuerto de Logan County, Lincoln, Illinois, volando de Ohio a Illinois y vuelta…

En 1962, tras abandonar, ambos empleos, comentó con su marido que necesitaba ampliar horizontes, a lo que su marido le sugirió, bromeando, que «diera la vuelta al mundo».

Ella se lo tomó literalmente, por lo que descubrió que ninguna mujer había aún dado la vuelta al mundo, así que Geraldine, con 700 horas de vuelo, 37 años y tres hijos, se embarcó en la fascinante aventura de dar la vuelta al mundo….

Su épica aventura comenzó un 19 de Marzo de 1964, y duró 29 días y 36.790 kilómetros, en la Cessna 180 «Spirit of Columbus» que podéis ver en las fotos, y que hoy en día se conserva en el «National Air and  Space Museum», en Virginia, Estados Unidos.

Su viaje, recogido en un libro que tituló «Three-Eight Charlie», en referencia a la matrícula de la aeronave (N1538C), no estuvo exento de incidentes, como problemas en los frenos, un incendio en el motor del ADF («Automatic Direction Finder», el equipo radioeléctrico a bordo de la aeronave, que recibe las señales del NDB y nos dá nuestra posición relativa con respecto al mismo) y una navegación a estima y con al ayuda de los imprecisos NDB («Non Directional Beacon»), radioayudas muy básicas, tormentas…sin duda, una aventura memorable, con largos períodos de vuelo (sobre los Océanos Atlántico y Pacífico los períodos de vuelo oscilaban entre las 15 y las 20 horas de vuelo), grandes diferencias en cuanto al libertad de vuelo en muchos países (en Egipto aterrizó por error en una base aérea próxima a El Cairo, para sopresa de los soldados, que vieron bajar del avión a una mujer sola (estamos hablando, no lo olvidemos, de 1964); o en Arabia Saudí, donde la sorpresa fué aún mayor que en Egipto al verla bajar del avión…

También sobrevoló Vietnam, en plena guerra en ese año, en un largo vuelo de Bangok a Manila…

Desde Asia cruzó el Océano Pacífico, en rumbo hacia el continente americano, aterrizando en Columbus, Ohio, el 17 de Abril de 1964.

«Jerrie» con su Cessna 180, tras su viaje alrededor del mundo.

El 4 de Mayo del mismo año, el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, condecoró a «Jerrie» con la medalla de servicios excepcionales de la administración de la aviación americana (FAA), y también recibió la medalla «Louis Bleriot» de plata, por parte de las autoridades de aviación francesas…

«Jerrie» no volvió a volar el «Spirit of Columbus» tras el viaje, pues fué adquirido por el fabricante («Cessna»), quien lo conservó antes de donarlo al referenciado museo de aviación.

Un ejemplo de coraje y determinación, y en una época donde ser mujer y piloto no era tan fácil, y menos dar la vuelta al mundo completamente sola (además de establecer numerosos récords), «Jerrie» mostró el camino para otras aviadoras, como Shaesta Waiz, que también dió la vuelta al mundo en un monomotor recientemente, y tuvimos el gran honor de conocer en su parada en el Aeropuerto de Cuatro Vientos…

«Jerrie» falleció el 30 de Septiembre de 2014, dejando 3 hijos y un legado imborrable para la historia de la aviación.

«Jerrie» en una de sus paradas alrededor del mundo.

La instrucción del futuro.

Recientemente comentamos el gran crecimiento que estaba experimentando el sector aéreo desde hace un año aproximadamente, y que se espera se mantenga durante aproximadamente una década, aunque las estimaciones suelen ser más optimistas que la propia realidad…

Aquellos pilotos que superen las pruebas de selección de las compañías aéreas, tendrán que volar los aviones de última generación de cabina de cristal, concepto introducido por primera vez en los años 80 por «McDonnell Douglas» con la serie MD, y a la que se unieron posteriormente «Boeing» con los modelos 737, 757 y 767, y «Airbus» con los modelos 300 y 310.

Y estos aviones de última generación han sufrido un gran cambio en sus cabinas, al igual que la gestión del tráfico aéreo, la separación del mismo, los perfiles de navegación vertical, y recientemente, con la adición de la navegación por satélite, (PBN, «Performance Based navigation») como requisito indispensable para obtener y poseer una habilitación de vuelo por instrumentos…

Cuando se introdujo la cabina de cristal en los años ochenta, se aseguró que con ella, además de eliminar al mecánico de vuelo o tercer tripulante en la cabina (con el consiguiente ahorro de un sueldo menos), se conseguía reducir la carga de trabajo de los pilotos.

Sin embargo, la cabina de cristal no redujo la carga de trabajo; se hizo más mental que física, obligando al piloto a conocer unas aviónicas más sofisticadas, unas leyes de vuelo más complejas, y unos automatismos, tanto en los pilotos automáticos como en los controles de potencia mucho más sofisticados…

Todo ello hizo pensar a las aerolíneas que, pilotos con menos carga de trabajo supondrían costes menores en su formación…

Pero las cabinas de cristal introdujeron un modelo de accidente nuevo, el de la pérdida de control de la aeronave cuando es perfectamente controlable («Loss of Control» ó LOC), con ejemplos como el vuelo «Air France 447», el «Asiana 214», o más recientemente, el «Emirates 521», un accidente de características similares al de «Asiana», al no gestionar correctamente el automatismo de las palancas de gases…

Todos ellos evidencian que, cuando el piloto sale de la envolvente de vuelo normal o, se encuentra con situaciones para las que no ha sido entrenado, la respuesta al mismo no es la correcta…

Por ello, tanto las compañías aéreas, como EASA y la FAA han decidido cambiar la forma de entrenar a los pilotos de última generación…

EASA introducirá a principios de 2019 el «Evidence-Based Training» (EBT), con un programa de entrenamiento específico cuyo objetivo es, literalmente, «determinar, desarrollar y evaluar las competencias requeridas para
operar con seguridad desde el punto de vista operacional,
de manera eficaz y eficiente en el entorno del transporte
aéreo, al tiempo que se abordan las amenazas más relevantes según los datos obtenidos de accidentes,
incidentes, operaciones de vuelo y cursos de instrucción».

Además de introducir en sus programas de entrenamiento la recuperación de maniobras anormales («Upset Recovery Training»), los grandes fabricantes de aeronaves han empezado a introducir cambios en los procedimientos de entrenamiento de sus pilotos; «Boeing» lo denomina «aprendizaje activo (active learning)», y «Airbus» lo llama «aprendizaje por descubrimento (learning by discovery)», pero es muy similar.

Ambos sostienen que la nueva generación de pilotos, jóvenes digitales que han tenido un móvil o una tableta prácticamente desde su infancia, no leen los manuales de los mismos, sino que por el contrario, aprenden su funcionamiento a base de prueba y error, experimentando y conociendo poco a poco su funcionalidad…

Si bien la lectura y estudio de los manuales del avión es imprescindible (debemos conocer perfectamente los aviones que volamos), «Airbus» y «Boeing» permiten a los pilotos que inician sus cursos de habilitación, tras su fase teórica de entrenamiento, arrancar, rodar, despegar y volar el simulador del avión, aprendiendo a base de errores el funcionamiento del mismo, siempre en modo manual y sin ningún tipo de automatismo, en lugar del entrenamiento previo, cuya filosofía era no tocar nada hasta que se conociese perfectamente…

Porque, al fin y al cabo, las leyes de la física y de la aerodinámica son las mismas desde que se inició el vuelo, independientemente del modelo de avión…

La introducción del PBN, del que hablaremos en detalle, añade un nuevo elemento a la ecuación, pero esperamos que estos cambios, tanto de normativa como de procedimientos de entrenamiento, reduzcan aún más la baja siniestralidad de la que goza la aviación hoy en día…

 

PPL: Mi primer examen aeronáutico!

Mientras continuaba mi formación como piloto comercial, la escuela nos ofreció obtener el título de piloto privado (PPL ó Private Pilot Licence), asi que era una magnífica oportunidad de obtener mi primer título de piloto…

En las escuela realizamos el examen teórico, que en 1997 consistía en un sólo examen de 100 preguntas de todo el temario, es decir, de las 9 asignaturas que se estudian en el piloto privado.

Tras aprobar el mismo, se nos convocó para realizar el examen de vuelo en el aeródromo de Ocaña, una fría y soleada mañana de Enero de 1997…

Los alumnos fuimos en autobús fletado por la escuela, mientras que dos instructores de la escuela llevaron el avión, una Cessna 152, en vuelo desde Cuatro Vientos.

Tras llegar a Ocaña, el examinador de Aviación Civil acababa de aterrizar, tras examinar a un alumno de otra escuela de Cuatro Vientos, en una Piper PA-38 «Tomahawk».

Entonces no se podía elegir examinador, pues eran muy pocos, y se te asignaba un examinador, sin posibilidad de elegir.

En nuestro caso, el examinador llegó de muy mal humor, pues según él, el alumno al que había examinado, casí le mata…

Llegó el momento de examinarnos, y el examinador nos reunió en círculo.

Tras pasar lista, eligió un apellido al azar para iniciar el examen…adivináis quién fué el primer «elegido»?.

Para mi asombro, el examinador dijo que no se subiría físicamente al avión, pues como casí le mata el anterior alumno, decidió no subirse más, y a través de una radio portátil, nos daría las correspondientes instrucciones en vuelo…

Licencia para disfrutar…

Yo procedí a realizar los chequeos de cabina y exteriores, pero el examinador, en un modo bastante autoritario, me dijo que pusiera en marcha el avión, pues según él, no teníamos todo el día…

Yo miré a mi instructor con cara de sorpresa y él corroboró la decisión del examinador, por lo que procedí a entrar en la cabina y poner en marcha el avión.

Como alumno piloto muy poco experimentado que era en ese momento,  los tiempos dedicados a las inspecciones interiores y exteriores eran mucho más lentos que cuando uno obtiene más experiencia, tanto en el modelo del avión, como en las horas de vuelo…

Rodé hasta el punto de espera bastante nervioso, pues tanto el examinador, como el resto de alumnos e instructores, estaban pendientes de mis movimientos; realicé los correspondientes chequeos previos al despegue, y, tras anunciar mi entrada en la pista activa y comprobar que no había tráfico que me pudiera afectar, procedí a despegar…

Tras ascender a la altitud requerida por el examinador, procedí a realizar las maniobras que me dictaba por la radio; virajes de 30º y 45º de alabeo, vuelo lento, pérdida característica, espiral descendente…maniobras que se realizan en el examen de PPL, pero, normalmente, con el examinador a bordo…

Yo realicé las mismas lo mejor que pude, aunque estoy seguro que, si las pudiera ver hoy en día, me parecerían bastante deficientes…

Tras finalizar las maniobras, el examinador me pidió que realizara un circuito de tráfico, y después aterrizara; así lo hice, aunque como os podéis imaginar, no fué de mis mejores aterrizajes; los nervios no ayudan…

Tras rodar de nuevo al párking, y parar el avión, descendí del mismo aliviado y cansado por igual, por la tensión acumulada; pero ya había finalizado mi primer examen aeronáutico; sólo quedaba esperar el veredicto del examinador, quien, tras examinar con el mismo procedimiento al resto de mis compañeros, decidió que todos, menos dos alumnos, habíamos aprobado el examen…

Así que, si bien mi satisfacción era muy grande por haber aprobado mi primer examen de vuelo, la sensación al partir de Ocaña fué ambigua, pues realizar mi primer examen de vuelo completamente sólo en la cabina, fué una sensación…extraña, que esperaba no volviera a vivir…

La parte positiva?. En unos días, recibí mi primera licencia y título aeronáutico, que podéis ver adjunto…

Mi primera licencia aeronáutica!!

Todo marchaba de maravilla, por el momento….

 

Chuck Yeager

Chuck Yeager con el Bell X-1

Chuck Yeager nació un 13 de Febrero  de 1923 en Myra, Virginia, y a los 18 años se enroló en la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Contrariariamente a lo que muchos pensamos, primero obtuvo el título de mecánico de aviones. Siendo jefe de mecánicos, tuvo su bautismo de vuelo en un Beech AT-11, donde experimentó mareo durante el vuelo y pensó que el volar no era para él… : )

Sin embargo,en 1942 decidió enrolarse en el programa de cadetes de la Fuerza Aérea, y su habilidad y destreza como piloto, pronto destacaron.

Su unidad fué trasladada a Europa en 1943, y pronto entró en combate a bordo de su Mustang P-51B, bautizado «Glamorous Glen», en honor a su novia : )

En su octava misión protegiendo a los B-17 de la Octava Fuerza Aérea, derribó su primer avión (un ME-109), consiguiendo la increíble hazaña de derribar 5 ME-109 en una sola misión, el 12 de Octubre de 1944; el 27 de Noviembre del msimo año, también en una sola misión, derribó 4 FW-190.

Además derribó un ME-262, y terminó la guerra mundial con 13 victorias y el rango de Capitán.

Tras la guerra y un breve período como instructor de vuelo, fué asignado al departamento de investigación y pruebas de la Fuerza Aérea, donde probó y desarrolló el Lockheed P-80 «Shooting Star», el primer caza a reacción.

Fué de los primeros pilotos seleccionados para probar el Bell X-1, el primer avión que oficialmente rompió la barrera del sonido el 14 de Octubre de 1947, alcanzando a 43.000 pies (13.072 metros) la velocidad de 1.076 kilómetros por hora, tras varios intentos fallidos en los meses previos….

Y decimos oficialmente porque oficiosamente se dice que, primero un piloto alemán de la segunda guerra mundial, a bordo de un ME-262, y más tarde un piloto americano a bordo de un F-86 Sabre, fueron los primeros en romper la barrera del sonido…

Tras conseguir el record de «el hombre más rápido sobre la tierra», siguió como piloto de pruebas en la Fuerza Aérea, donde consiguió alcanzar con el Bell X-1 Mach 1.9 (1900 kilómetros por hora).
Yeager describe este período como la era dorada del «flying and fun» ; )
Además, fué el primer piloto en pilotar un Mig-15 capturado y llevarlo al límite, y también fuéel primer piloto en volar un caza de ala delta (Convair XF-92).

En 1954 fué destinado como lider de escuadrón a una ala operativa de F-86 «Sabre» en Alemania y Francia, regresando a Estados Unidos en 1957.

Allí desarrollaron el F-100 «Super Sabre» , y en 1961, regresó ala base de Edwards como Coronel, para seleccionar a los pilotos de prueba del programa aeroespacial de la Fuerza Aérea; de 37 graduados , tras una rigurosísima selección, 26 de ellos formaron parte de los programas «Géminis», «Apolo» y «Shuttle»…

En 1963, se convirtió en el piloto de pruebas de un caza capaz de doblar la velocidad del sonido: el Lockheed F104 «Starfighter» en la base aérea de Edwards.

Una versión del mismo, llamada NF-104, modificada para alcanzar los 100.000 pies (30.400 metros) para hacer pruebas con gravedad cero, le dió a Yeager uno de los mayores sustos de su vida, pues en su segundo vuelo, tras alcanzar 104.000 pies (31.600 metros), el avión entró en una barrena plana, y tras intentar recuperarlo de ¡13! barrenas planas en una caída de 90.000 pies (30.000 metros), consiguió eyectarse y salvar su vida.

En 1966 tomó el mando del ala 405 destacada en Filipinas, volando en misiones durante la guerra de Vietnam.

Regresó posteriormente a Europa como Vice Comandante de la 17ª Fuerza Aérea, ostentando diferentes cargos en la cúpula militar norteamericana.

El 25 de Febrero de 1975, realizó su última misión en activo volando un «Phantom F-4C», habiendo acumulado más de 10.000 horas de vuelo, volado más de 180 tipos de aviones, y habiendo sido durante más de un año, el hombre más rápido sobre la tierra… : )

Chuck en la cabina del Lockheed «Starfighter» NF-104

Más información sobre la vida de Chuck Yeager en «generalchuckyeager.com»

Amelia Earhart

HÉROES DE LA AVIACIÓN

AMELIA EARHART

Amelia posa junto al Lockheed «Vega»

Una brillantísima piloto que nos dejó prematuramente haciendo lo que más le gustaba, volar…

Amelia Mary Earhart nació el 24 de Julio de 1897 en Atchinson, Kansas,

Desde pequeña mostró un carácter muy inquieto, realizando actividades que, por aquel entonces, se consideraban más de chicos, que de chicas…

Durante la Primera Guerra Mundial, se enroló como enfermera voluntaria en Toronto, Canadá, donde atendió a pilotos heridos en combate. Allí, durante una visita a un aeródromo, empezó a sentir la llamada de la aviación…

Tras la Primera Guerra Mundial, su familia se mudó a California, y durante una exhibición aérea en Long Beach, en 1920, tuvo la oportunidad de volar en un biplano sobre la ciudad de Los Ángeles, quedando definitivamente enamorada de la aviación tras el vuelo…

En 1921 empezó a recibir clases de vuelo con la instructora Neta Snook, en un «Kinner Airster», avión que seis meses después de empezar sus clases de vuelo, adquirió, y con el que alcanzó su primer récord en Octubre de 1922, al ser la primera mujer en alcanzar los 14.000 pies (4.267 metros) de altitud…

Durante unos años, por motivos económicos, abandonó la aviación, hasta que en 1927 retomó su actividad aérea, al mejorar su situación financiera…

Pero el momento decisivo llegó cuando, en Abril de 1928, recibió una llamada telefónica del Capitán Hilton H. Railey, quién le ofreció ser su acompañante en un vuelo transatlántico, pues tras el vuelo de Lindbergh en Mayo de 1927, Amelia sería la primera mujer en cruzar el Atlántico…aunque no pudiera estar a los mandos del avión, pues por aquel entonces, se consideraba «peligroso» que una mujer pilotase una aeronave…

El 17 de Junio de 1928, desde Halifax, Nueva Escocia, en un Fokker VIIb despegaron los pilotos «Bill» Stultz, el copiloto «Slim» Gordon, y Amelia…

20 horas y 40 minutos después, aterrizaron en Burry Port, Gales.

A pesar de no haber podido pilotar la aeronave, el hecho de ser la primera mujer en cruzar el Atlántico en avión, le dió una enorme celebridad, que aprovechó para promover la aviación, y para realizar un viaje de costa a costa por los Estados Unidos…

En 1929, organizó el primer Derby aéreo para mujeres, conocido como el «Powder Puff Derby», entre cuyas participantes figuraba «Bobby» Trout, que también ha figurado en esta sección…

Amelia finalizó tercera en el Derby, y además, durante ese año, fundó la organización «The Ninety-Nines», fundada por noventa y nueve mujeres con el fin de apoyar y promover la aviación entre las mujeres…

Amelia siguió en contacto con la aviación, ayudando a formar y como relaciones públicas de la compañía «Transcontinental Air Transport», mas tarde conocida como «TWA»…

Y comenzó a preparar su siguiente reto, el primer viaje en solitario de una mujer a través del Atlántico, y la segunda persona en hacerlo tras Charles Lindbergh…

Y 5 años y un día después del vuelo de Lindbergh, el 20 de Mayo de 1932, Amelia emprendió el vuelo desde Terranova hacia París en su Lockheed Vega 5b, aunque problemas mecánicos, la mala climatología y el hielo, la obligaron a desviarse y a aterrizar en Londonderry, Irlanda, tras 15 horas de vuelo ininterrumpidas…

De vuelta a Estados Unidos, fué recibida como una heroína, recibiendo multitud de distinciones y reconocimientos, entre ellos la «Distinguished Flying Cross», la primera ocasión en la que el congreso de los Estados Unidos concedía una distinción a una mujer…

Pero Amelia quería más, y planeó su siguiente reto, que sería cruzar el Océano Pacífico, objetivo que consiguió volando de Honolulu, Hawai, a Oakland, California, el 11 de Enero de 1935, consiguiendo el objetivo de ser la primera mujer en volar en los dos océanos, Atlántico y Pacífico…

Además, en Abril de ese mismo año voló en solitario de Los Ángeles a Ciudad de México, y un mes después, de Ciudad de México a Nueva York, estableciendo entre 1930 y 1935, siete récords mundiales…

El 1 de Junio de 1937, salieron de Miami Amelia y su navegante, Fred Noonan, cruzando Centroamérica, Suramérica, el Océano Atlántico, y después, África.

Amelia Earhart frente a su «Lockheed Electra».

Tras cruzar África y el Mar Rojo, se dirigieron a Pakistán,para posteriormente arribar a la India.

Desde Delhi partieron hacia Birmania, Tailandia y la Isla de Java, donde Amelia contrajo disentería, enfermedad que la acompañaría el resto de su viaje…

Desde Java partieron hacia Darwin, Australia, donde llegaron el 27 de Junio, y, tras un breve descanso, partieron de nuevo hacia Papúa Nueva Guinea, donde llegaron el 29 de Junio.

Tras tomar un merecido descanso, y realizar una entrevista para el periódico «Herald Tribune», el 2 de Julio, a las doce de la medianoche, partió en curso hacia la Isla Howland, donde debía establecer contacto radio con el Guardacostas «Itasca», contacto que nunca fué completamente fructífero, pues las comunicaciones llegaban entrecortadas y con muy mala cobertura…

A las 20:14 de ese día, el avión de Amelia emitió su último mensaje, comunicando que no podían ver el Guardacostas, y que el combustible se estaba agotando…

A las 21:30, se inició la búsqueda del avión, al estimar que se había quedado sin combustible…

Se inició una extensa búsqueda los días posteriores, que finalizó el 18 de Julio de ese año, sin haber encontrado rastro del avión ni de sus ocupantes, hasta la fecha…

Bettina Kadner

Bettina en el McDonell Douglas DC-9

BETTINA KADNER SHILLING

Bettina, amante de la aviación y pionera de la lucha por la igualdad profesional en las cabinas de vuelo, pues fué la primera mujer que consiguió volar como piloto de una aeronave comercial en España…

Bettina Kadner, de origen alemán, nació en 1947, trasladándose con su madre a Madrid tras la Segunda Guerra Mundial.

La madre de Bettina era importadora de equipos de señalización para pistas de aterrizaje, lo cual permitió a Bettina entrar en contacto con la aviación desde muy pequeña, enamorándose de la aviación…y decidiendo que su futuro quería ser pilotar aeronaves…

Para ello, estudió en Cuatro Vientos (Madrid), Alcantarilla (Murcia), y se examinó en la ENA (Escuela Nacional Aeronáutica), donde obtuvo su titulación de piloto…

Sin embargo, su mayor dificultad vendría del hecho de que, increíblemente, en 1969, con su título de piloto comercial en la mano, tuvo que batallar con el Ministerio del Aire para modificar el reglamento que impedía que las mujeres pudieran actuar como pilotos en un avión comercial…

Pero Bettina no se dió por vencida y consiguió cambiar la normativa, convirtiéndose, en 1969 y con 22 años, la primera mujer que pilotaba un avión comercial…

Fué contratada por la exinta Spantax, volando los modelos McDonell Douglas DC-6, DC-7 y DC-9, pasando a volar como comandante un Fokker F27, y posteriormente, comandante de un Boeing 737.

En 1987 ingresa como copiloto en Iberia, ascendiendo a comandante en 1998, pilotando un Airbus A320.

El 28 de Noviembre de 2006, el vuelo procedente de Asturias fué el último vuelo profesional de Bettina, siendo homenajeada por casi 40 años como piloto profesional…

Bettina fué la primera comandante en España y la segunda en Europa, y aunque hoy en día es común ver a mujeres pilotos en los vuelos comerciales, no debemos olvidar que Bettina fué la primera, que abrió un camino importantísimo en una época en la que era casi impensable que una mujer fuera piloto comercial en España…

Bettina tuvo que escuchar comentarios en la radio del tipo «Bettina a la cocina!!», pero, lejos de arredrarse, siguió firme y consiguió dos cosas importantísimas: modificar la legislación que perjudicaba a las mujeres en su libre elección profesional, y ser la primera en un camino que muchas otras mujeres, con el mismo sueño, han seguido tras Bettina…

Toda nuestra admiración por el coraje y determinación de Bettina. Sin duda, todo un ejemplo a seguir!! ; )

Cómo es la formación de un piloto comercial? (parte 2)

La suelta local, sin duda fué un día memorable y único, pero mi formación como piloto debía continuar adelante…

El día después de mi suelta, realicé un nuevo vuelo sólo, esta vez de una duración mayor, 45 minutos,  realizando una navegación local; un vuelo muy agradable, con condiciones casí perfectas para el mismo (alta presión y baja temperatura).

El avión que volaba, una Cessna 150, tenía una aviónica muy básica, y yo aún era un aprendiz de piloto muy inexperto(con apenas 18 horas de vuelo)…

La sensación, que entienden todos aquellos que como yo, han tenido y tienen la suerte de volar, era, y es, indescriptible: la visión del mundo a vista de pájaro; la sensación de controlar una máquina que surca los cielos;  la comunión con la misma, sintiendo que es una extensión de tu cuerpo , y el placer de dejar en tierra todas las preocupaciones y problemas mundanos: en el cielo, sólo existe el vuelo, y el placer de disfrutar  el mismo…

Afortunadamente, no sucedió lo que más temía, que era perderme (ese día no : ), y así fuí adquiriendo más experiencia con la ilusión y el entusiasmo de un niño, de la experta mano de Manolo, mi instructor, durante el año 1997.

Mientras volaba, seguía mi formación teórica, que tenía lugar en el centro de formación en Madrid, por las tardes; estaba dedicado en cuerpo y alma para intentar adquirir el máximo de conocimientos, e intentar convertirme en el mejor profesional posible, como había hecho en mi anterior trayectoria profesional en el mundo audiovisual; además de estudiar y tratar de asimilar los máximos conocimientos posibles, adquiriendo libros de los que obtendría valiosas lecciones y conocimientos, leyendo revistas con magníficos artículos, y viendo todos los vídeos de aviación que podía; al fin y al cabo, estaba realizando mi sueño de infancia!!.

Se sucedieron los vuelos sólos supervisados, los vuelos de travesía a otros aeropuertos, y durante ese año, además de volar las Cessna 150 y 152, volé por primera vez un avión, que llegaría a volar, y mucho; la Cessna 172.

Y, como era inevitable en una escuela de pilotos comerciales, Manolo dejó de ser mi único instructor, teniendo como instructores a otros grandes profesionales, como Luis Carlos, como Iñaki, como Luis María, que me mostraron y demostraron su amor por la enseñanza,y por compartir sus conocimientos, algo que me quedó muy grabado, además de tener la suerte de compartir una excelente relación personal con ellos; aún tengo la suerte de mantener contacto con algunos de ellos a través de las redes sociales…

En el año 1998, aunque estábamos realizando un curso integrado, el director de la escuela nos ofreció examinarnos para obtener la licencia de piloto privado, de forma gratuita.

Por supuesto aceptamos; estábamos deseosos de tener nuestro primer título y licencia aeronáuticos!!

Así que, en una fría mañana de invierno, en Enero de 1998, 9 compañeros y yo, además del jefe de instrucción en vuelo de la escuela, nos trasaldamos en autobús al aeródromo de Ocaña, con el fin de realizar el examen de piloto privado, el más rocambolesco y sorprendente, que jamás experimenté en mi trayectoria aeronáutica…

 

 

La suelta!!

Tras continuar mi formación como piloto bajo la atenta supervisión de mi instructor Manolo, llegó ese día que los alumnos pilotos, a partes iguales, deseamos y tememos que llegue…

Tras 18 horas de vuelo, Manolo consideró que ya estaba listo para que desplegara mis alas sólo, abandonando por primera vez la seguridad de volar con él, para corregir mis errores….

La noche previa a la suelta, fué una noche de sentimientos encontrados. Por una parte, significaba que mi formación progresaba correctamente, pero por otro, que debía enfrentarme, por  primera vez, a cualquier anormalidad o fallo que pudieran acontecer durante el vuelo, completamente sólo…

La noche dió paso al amanecer, y el lunes 10 de Febrero de 1997, me dirigí a Cuatro Vientos para mi primer vuelo sólo…

Plan de vuelo de un día inolvidable…

Tras rellenar manualmente el plan de vuelo bajo la atenta mirada de Manolo, procedimos al avión para hacer la revisión exterior.

Ambos aparentábamos normalidad cuando nos dirigimos al avión, pero éramos plenamente conscientes de que no era un día ordinario…

Tras realizar los chequeos pertinentes, procedimos a arrancar el motor, pues íbamos a realizar primero un vuelo de preparación, y a continuación, la suelta.

Durante el vuelo de preparación, realizamos tomas y despegues en el cercano aeródromo de Casarrubios, y repasamos todas las posibles eventualidades que podrian ocurrir, aunque yo deseaba de todo corazón que no sucediera absolutamente nada más que el vuelo en sí; pero obviamente, debía prepararme por si algo sucedía…

Finalmente regresamos para aterrizar en Cuatro Vientos, pero según reducía la potencia para aterrizar, mis pulsaciones aumentaban al saber que, tras el aterrizaje, comenzaba mi vuelo sólo…

Tras el aterrizaje, nos dirigimos a la plataforma como en otras ocasiones, pero esta vez, no íbamos a cerrar el vuelo…

Paramos el avión sin detener el motor, y Manolo comunicó a la torre de control que yo continuaba el vuelo como alumno piloto en suelta, sólo…

Recogió sus cascos y el resto de su material, y percibiendo mi cara de preocupación, me miró fijamente y me dijo: «Julio, si no estuviera seguro de que puedes volar sólo, no te dejaría hacerlo. Irá todo bien, tranquilo».

A pesar de sus tranquilizadoras palabras, el corazón me latía con fuerza, y,  tras abandonar el avión Manolo,pedí la correspondiente autorización, procedendo al punto de espera de la pista 28, para realizar los chequeos correspondientes…

Tras realizar los mismos con especial atención, solicité autorización de despegue…autorizado!!

Potencia y pulsaciones al máximo, alineación con la pista…y despego!!

Tras despegar, procedo a realizar el circuito de tráfico, virando a viento cruzado, y a continuación, a viento en cola…

Ya en viento en cola, al realizar la lista de chequeo tras el despegue, me doy cuenta de que no he retraido los «flaps» al alcanzar los 400 pies, como se debe hacer; sin duda, los nervios del momento me habían jugado una mala pasada…

Tras virar a base, intento recordar todos los procedimientos con precisión, intentando no olvidar nada, especialmente tras mi error con los «flaps»…

Alineo el avión con la pista, y recibo la autorización de aterrizaje…obviamente no fué el mejor aterrizaje de mi vida, pues intentaba hacer una buena toma, sabiendo que mi instructor me estaba observando, pero los nervios del momento no ayudaron a conseguirlo; aún así, estaba en tierra, aliviado y satisfecho de haber completado mi primer vuelo sólo, aunque hubiera preferido no haber cometido el error de los «flaps»…

Manolo me esperaba en la plataforma, y tras recibir la felicitación del controlador, paré el motor siguiendo los procedimientos.

Tras  salir del avión, me fundí en un afectuoso abrazo con él; un momento especial, involvidable, que sólo podéis entender los que hemos pasado por esta experiencia única e irrepetible; porque por primera vez, yo fui consciente, y no sólo el instructor, de que realmente podía despegar, volar y aterrizar un avión completamente sólo…qué sensación!!

Ya no volví a volar ese día, pues como os podéis imaginar, estaba agotado por la tensión y descarga de adrenalina del vuelo..

Sin embargo, al día siguiente realicé mi primer vuelo sólo abandonando la seguridad del circuito de tráfico, y aunque fué una experiencia memorable, no fué tan intensa y única como el día anterior…

Es un día mágico, en el que por primera vez eres uno con el avión, con una comunión única y especial; un momento mágico, irrepetible e inolvidable, que tengo el placer de compartir, desde el otro lado de la barrera, como instructor de mis alumnos pilotos..

Cómo es la formación de un piloto comercial? (parte 1)

Sin duda, intensa, muy intensa, pues la formación está muy comprimida para realizarse en un tiempo relativamente corto, normalmente en un plazo no superior a los dos años…

Tras el primer vuelo, mi formación como piloto surcaba los cielos (literalmente : ), con una parte teórica que realizábamos en Madrid, en la calle Velázquez, con mis compañeros, tanto de avión como de helicóptero, pues la escuela también ofrecía cursos de piloto de helicóptero, con los que compartíamos gran parte de la fase teórica…

Como sucede en todas las carreras, en la parte teórica, había asignaturas que me gustaban mucho, como Conocimiento de la Aeronave, Comunicaciones, Procedimientos Operacionales, Meteorología…y otras que no me gustaban tanto, como Derecho y Navegación, que me obligó a retomar mis libros y apuntes de matemáticas, y en concreto, de trigonometría, asignatura que no estaba entre mis favoritas en mi época de estudiante…

Tuve la gran suerte de contar con magníficos profesores, de los que aprendí muchísimo, con sus extensos conocimientos y su admirable deseo de transmitirlos con pasión; Emilio, nuestro profesor de Meteorología, sin duda una de las personas que más sabían en este país de la materia; Juan Francisco, toda una eminencia en Navegación, con un libro de referencia a sus espaldas, cuyo ejemplar tuve la suerte que me dedicara; y Pepe, un magnífico profesional, de quien  aprendimos casí todo sobre Procedimientos Operacionales, y una de las mejores personas que jamás he conocido, entre otros…

Todos ellos, junto con el resto de profesores que tuve, dejaron una huella y un recuerdo muy hondo, pues sentaron las bases de mi conocimiento aeronáutico, y me enseñaron a seguir aprendiendo y  formándome, para llegar a ser un profesional competente y seguro…

También tuve la gran fortuna de compartir mi formación con muchos compañeros que tenían edades iguales o similares a la mía, que como yo, con una vocación tardía,  que por circunstancias de la vida, no habíamos podido realizar antes…

Y por ello, se fraguó entre nosotros una amistad especial, que aún tengo el placer de conservar con algunos de ellos, pues todos compartíamos el mismo sueño, deseosos de alcanzarlo con la misma pasión con la que habíamos iniciado nuestra formación como pilotos…

José Juan, Jorge, Iñigo, José Luis, Antonio, José María, Eduardo, Santos y muchos más que me dejo en el tintero, formaron parte de muy buenos momentos, y algunos no tan buenos, que compartimos durante nuestra formación, pero que compartíamos con una complicidad y una pasión por la aviación, que nos hacía mantener la misma ilusión con la que habíamos iniciado nuestros estudios…

Respecto al vuelo, continué mi formación volando las Cessna 150 y 152, como con la que poso con mi instructor Manuel, en mi segunda entrada…

Aquí tenéis la copia de mi primer plan de vuelo rellenado, cuando aún se hacía a mano…el primero de muchos, y aunque sólo era un papel,

Sí, los planes de vuelo se hacían a mano…

sin duda fué un documento de tal importancia, que aún lo conservo…

Con la mano profesional  y paciente de mi instructor, continué mi formación hacia mi primer gran objetivo, la suelta, pero antes de llegar a ella, Manuel se ocupó de mejorar mi técnica de vuelo, aún muy básica, a pesar de mi inagotable entusiasmo y deseo de seguir aprendiendo, equivocándome, y mucho, en el camino; sin duda, se aprende mucho más de las equivocaciones, que de los aciertos…

Por ello, intentaba aprender más allá de lo que me enseñaban mis maestros, leyendo libros, artículos y a través de internet,  que me ayudaran a mejorar mis conocimientos, tanto teóricos como de vuelo…y aún hoy en día, lo sigo haciendo; creo que un piloto competente debe ser  muy autodidacta, y por ello, ampliar y mejorar sus conocimientos más allá de los que le permiten aprobar y obtener sus licencias y habilitaciones…

Aprender a pilotar un avión no es una tarea fácil, pues exige mucha coordinación entre  mente y cuerpo,  y genera un nivel de cansancio elevado, especialmente por la gran carga de trabajo en los primeros vuelos; pero era un cansancio que, deseaba repetir en cuanto bajaba de volar…sabía que, desde aquel primero vuelo, mi vida tenía que estar ligada a la aviación, costase lo que costase, pues allí había estado, y allí quería volver….