Finalmente se publicó la lista de los aptos para el simulador, y para mi sorpresa, figuraba en la misma; sinceramente, no esperaba llegar tan lejos en mi primera convocatoria a la última prueba…
Y dicha sorpresa no era tanto por una cuestión de aptitud, sino porque asumía que el pasar las pruebas de selección no era tan sencillo como presentarse y ya está; a las pruebas de «Iberia» nos presentamos más de 1.500 pilotos, y muchos de ellos provenientes de otras aerolíneas; es decir, con mucha experiencia…
Aunque ya había comenzado a practicar en el simulador doméstico ( el FS 2000 se convirtió en mi compañero de fatigas en mi tiempo libre), tenía muy claro que debía prepararme con un simulador más profesional que el doméstico…
En primer lugar, intenté contratar unas horas en el simulador donde iba a tener lugar la prueba, el simulador del «Boeing» 727, ubicado en las instalaciones de la empresa, en «La Muñoza».
Pero no fué posible, ya que me dijeron que sólo se podía utilizar por parte de las tripulaciones de Iberia…
Por lo tanto, la única opción viable para poder entrenar en el 727 era acudir al centro de simuladores de «CAE» en Burgess Hill, Reino Unido, donde acudí a entrenarme un par de días antes de mi prueba de simulador, que tendría lugar a finales del año 2000…
Mi entrenamiento en el 727 fué una experiencia fantástica, pues, aunque no he tenido la suerte de volar el avión real, me pareció un avión fantástico, dócil y fácil de pilotar; si a eso le añadimos que era el primer simulador de avión comercial que volaba, y que tuve a un experto y flemático instructor británico, del que aprendí mucho, hicieron que disfrutara mucho del entrenamiento, y me permitió encarar con más seguridad la prueba.
Finalmente llegó el día de la pruebas de simulador, que tuvo lugar en «La Muñoza». Allí me esperaba el jefe de instrucción en vuelo de la compañía, que sería mi examinador.
Antes de entrar al simulador, y como es preceptivo, hicimos un «briefing» de aproximadamente 1 hora, en el que descubrí que volaríamos desde y hacia el aeropuerto de La Coruña, con una salida por instrumentos (SID), posteriormente una llegada instrumental (STAR), y algunas aproximaciones instrumentales, incluyendo una aproximación de precisión ILS.
El despegue y la SID fueron bien, al igual que la STAR, en la que me preparé para realizar la aproximación ILS de la pista 21.
La primera aproximación fué la ILS; En ella iba tan concentrado en llevar correctamente todos los parámetros (localizador y senda de planeo del ILS), que, aproximándome a los mínimos, pensé que el examinador me daría el aviso de «100 pies para mínimos» (en el «briefing» no se tocó este punto), para así estar listo para ver la pista y continuar la aproximación, o frustrar, si no la veía…
Pero no fué así, y cuando miré de nuevo el altímetro, me dí cuenta de que me había pasado unos 60 pies de los mínimos..apenas tuve tiempo para lamentarme , pues en un segundo, miré fuera, sin apenas visibilidad, y prácticamente al unísono escuché al examinador preguntarme «cómo vamos?».
Mal, pensé, e inmediatamente ejecuté el procedimiento de aproximación frustrada, intentando olvidar el error cometido, y concentrarme en intentar acabar la prueba lo mejor posible, y enmendar dicho error…
Entramos en espera en el VOR de LRA, y el examinador me hizo preparar una aproximación VOR a la pista 21, que esta vez fué satisfactoria, frustrando en los mínimos establecidos, y regresando de nuevo al VOR de LRA, donde pensaba ingenuamente, que realizaría una tercera aproximación instrumental…
Para mi sorpresa, el examinador tomó el mando del avión, lo configuró para aterrizar (tren abajo y «flaps» de aterrizaje), y en curso hacia la pista, puso los motores del avión en ralentí sobre el VOR de LRA, y me dijo que debía aterrizarlo así, simulando que nos habíamos quedado sin motores…
Como os podéis imaginar, tras la sospresa inicial, lo único que pensé es que lo aterrizaría sí o sí…no había otra opción!!.
Tras el aterrizaje, finalizó la sesión he hicimos el «debriefing», con la preocupación por mi parte por el fallo cometido…
Y efectivamente, el examinador me dijo que aunque el resto de la prueba había sido satisfactoria, y que tenía buena mano para volar, el error en la aproximación ILS no permitía que aprobara la misma; sin embargo, me dijo que tendría una nueva oportunidad en una «repesca», de la que sería informado…
Con un sentimiento agridulce abandoné las instalaciones de «Iberia»; por un lado, con la satisfacción de haber llegado tan lejos en mi primera convocatoria de pilotos a la que me presentaba, pero por otro, con la frustración de haber casi conseguido pasar, pero no lograrlo por muy, muy poco…
En breve llegó 2001, y a principios de año aproveché para revalidar mis habilitaciones multimotor y de vuelo instrumental, y mientras, tras finalizar mi contrato con la empresa «Ineuropa Handling», como despachador de vuelo, me establecí como profesor de inglés autónomo, esperando que fuera un trabajo temporal, hasta que pudiera trabajar como piloto…
Aunque no me dijeron fecha exacta para la «repesca», si me avanzaron que seguramente sería entre Julio y Agosto, así que seguí preparándome para la misma, con mi simulador doméstico…
Según se acercaba el mes de Julio, me comunicaron que seguramente haría la prueba en el mes de Agosto, y que para ello, me enviarían un telegrama comunicándome día y hora exactos…
Sin embargo, un conflicto entre los pilotos y la dirección de la compañía alcanzó el punto álgido en el mes de Julio, con la dimisión en bloque de los pilotos de la dirección de operaciones, lo que forzó a que la dirección de la compañía a paralizar la misma, el 12 de Julio del 2.001.
Aunque se reanudaron las operaciones al día siguiente, estaba claro que no era el momento no era el óptimo para las pruebas, pues el conflicto seguía latente, aunque se hubieran reanudado las operaciones…
Así pasó el mes de Julio, y el mes de Agosto, esperando en vano noticias acerca de la «repesca», con la esperanza de que en Septiembre, cuando las cosas estuvieran más tranquilas, sería convocado de nuevo..
Y efectivamente, llegó el mes de Septiembre, y con él, llegó el día en el que el mundo, y especialmente la aviación, cambiaron para siempre…
Tras ese aciago día, y tras el «shock» inicial que a todos nos supuso los impresionantes hechos que vivimos, tuve muy claro que las posibilidades de entrar como piloto en «Iberia» o en otra aerolínea, habían desaparecido,al menos en una larga temporada…