Aunque, como comenté en la entrada anterior, el hacerme instructor de vuelo no era algo que entrara dentro de mis planes, pues en más de una ocasión había comentado con algunos compañeros del curso de piloto comercial, que el ser instructor requería grandes dosis de paciencia, y asumir unos riesgos elevados (no olvidemos que formamos a personas que no son pilotos, y debemos conseguir que se conviertan en pilotos, desde cero, cometiendo sus lógicos errores durante su aprendizaje, al igual que yo en su momento).
Pero es cierto que, además de tener la oportunidad de aumentar mis horas de vuelo, tremendamente escasas, y más con mi edad (en ese momento tenía 38 años), era una opción más que atractiva para aumentar y mantener mis conocimientos aeronáuticos frescos, y mejorar mi escaso «currículum» aeronáutico…
Por ello, en Septiembre de 2003, comencé el curso de instructores de la escuela «American Flyers», situada también en el aeropuerto de Cuatro Vientos. Las instalaciones son hoy en día las mismas, aunque ampliadas y modernizadas, y la misma escuela se denomina hoy en día «European Flyers».
En la promoción éramos 7 pilotos, cada uno con el deseo de conseguir una anhelada plaza como instructor en la escuela, la cual nos hizo saber que los que obtuvieran las mejores calificaciones, obtendrían una plaza como instructor…
Tras la fase teórica, muy focalizada en la psicología del aprendizaje, de la personalidad y el rol del instructor, tuve que hacer una presentación teórica, simulando una clase, al jefe de instrucción y un instructor, que simulaban ser alumnos pilotos con muchas dudas…
Como se nos ofrecía elegir el tema a tratar en la presentación, yo elegí tratar los sistemas de combustible e hidráulicos, pues siempre me ha apasionado (y aún me apasiona) la mecánica, y en especial, la de los aviones.
El modelo de avión utilizado en la presentación era la Cessna 172 RG (iniciales de «Retractable Gear» ó tren retráctil), que volé durante mi entrenamiento en el curso; una buena Cessna, mucho más rápida de las que había volado, tanto por la potencia del motor, como por el tren retráctil…
Este modelo fué posteriormente retirado del mercado por su fabricante, «Cessna», ya que, como sucede con los trenes retráctiles utilizados en la aviación general, y en concreto en aviones de enseñanza, dan muchos problemas de mantenimiento y fallos.
La presentación fué satisfactoria, al igual que el examen de vuelo, realizado por el Jefe de Vuelos de la escuela, en el que se enfatizaba más la capacidad para enseñar y transmitir conocimientos, simulando el examinador ser un alumno novato y algo torpe…
Obviamente, por aquél entonces, tanto mis conocimientos, como la forma de transmitirlos, eran bastante escasos, aunque ellos eran conscientes de este hecho; por lo que, era relativamente optimista acerca de mis posibilidades de ser contratado como instructor de la escuela…
Sin embargo, aunque cuando inicié el curso se me aseguró que aquellos que obtuvieran las mejores calificaciones, y que mis calificaciones estaban entre las mejores (fruto del deseo de obtener mi primer trabajo aeronáutico), ello me hizo esforzarme al máximo para poder optar a una plaza como instructor en la escuela, pero por desgracia no sirvió para obtener una plaza de instructor.
Tras finalizar el curso, se nos comunicó cuáles serían los tres primeros elegidos para comenzar a trabajar como instructores en la escuela, y yo no estaba entre ellos…
De nuevo la frustración se hizo presente, pues no había forma de que consiguiera un trabajo como piloto, a pesar de mi esfuerzo, entusiasmo y dedicación…
Regresé a mis clases de inglés, y, tras actualizar mi «Currículum Vitae», hice varias visitas en las escuelas de vuelo de Cuatro Vientos, esperando que alguna de ellas me diera la oportunidad de iniciar mi andadura como instructor…
En la mayoría de ellas simplemente cogieron mi «Currículum», me dieron las gracias y me dijeron que si les interesaba, me avisarían.
Mientras esperaba en vano alguna respuesta positiva, continué volando ocasionalmente en «Jimair/Balear Express», a los que hice saber que ya tenía mi habilitación de instructor, por si había alguna vacante…
Así llegó 2004, y transcurrió gran parte de él, volando ocasionalmente y esperando una oportunidad, que no acababa de llegar…
Finalmente, tras un vuelo en Septiembre de ese año, el director comercial de la escuela me comunicó que uno de los instructores de la escuela se iba, por lo que quedaba una vacante; Me preguntó si quería formar parte del proceso de selección…
Mi indisimulada emoción respondió antes que mis palabras, y tras una entrevista y una prueba de vuelo, fuí contratado como instructor de teóricas, simulador y vuelo de la escuela; por fin había conseguido mi primer trabajo aeronáutico!.
Hola Julio. Cada dia aprendiendo mas sobre aviones gracias a vosotros. Un abrazo. Sam
Gracias tí por tu comentario, Sam. Me alegra mucho saber que te gusta el «blog». Un abrazo!!